No se puede dejar de mencionar en relación a la Felicidad y el Tiempo el hecho que la infelicidad es causada por la impaciencia. Estos conceptos no son fáciles de comprender si no se tiene el conocimiento sobre un sencillo fenómeno relacionado con la vida y su conexión con la ilusión del tiempo.
Como bien sabemos el tiempo es sólo un estado de conciencia que comprendemos junto al del espacio, por lo tanto tiempo y espacio son percibidos y a su vez modulados por nuestros estados emocionales, situación que relativiza esos conceptos, por otro lado y a nivel macrocósmico nuestro tiempo terrestre establecido es absolutamente relativo pues funciona sólo para nuestro hermoso planeta tierra y su relación con la estrella que determina nuestra vida (Sol), situación que para la Luna, o Marte, o Saturno es absolutamente distinta, ahí el tiempo en cada uno de ellos será de una naturaleza absolutamente diferente, “que relativo es el tiempo”.
Por otro lado los estados emocionales comprimen o elongan el tiempo a su amaño gusto, tal es así que en momentos de intensa felicidad ( felicidad sólo externa o transitoria, felicidad fundamentada en los hechos externos y elementos de nuestra posesión; no fundamentada en la felicidad interior, que es la verdadera, en la cual deberemos construir). Tema que continuaré en otra publicación. El tiempo “se nos vuela y se nos hace siempre muy corto y fugaz” por otro lado cuando enfrentamos una situación difícil, dolorosa o que simplemente no es de nuestro agrado, el tiempo “se lentifica y se torna muy largo y casi interminable”.
Hemos venido describiendo entonces el sencillo fenómeno que causa infelicidad en el individuo, y ¿por qué decimos esto? porque de otra manera si manejamos el concepto contrario, en que el tiempo sería verdadero y opuesto a lo que hemos descrito, la felicidad renacerá al entender la forma correcta de percibir en nuestros corazones la verdadera dimensión del tiempo ( que es un proceso) y podremos así enfrentar la vida con gran integridad, conocimiento y estabilidad, lo que traerá una felicidad permanente en nuestros corazones ajena a los vaivenes de la ella.
La respuesta nace entonces, en tratar de comprender, primero que la felicidad es absolutamente atemporal y que, si somos capaces de crear en nuestros corazones ese centro de gravedad interior que nos proporcione estabilidad, comprensión de los fenómenos de la vida y entendimiento de la grandeza de esa naturaleza infinita que no solo es externa sino también interna, junto a la desaparición de “ese ego que nos individualiza del resto de la humanidad y de la naturaleza”, recién podremos caminar en la dirección correcta en pos de nuestra felicidad en el aquí y en el ahora. En ese cielo que podemos lograr en esta tierra y que de lo contrario, nos acercará a la construcción de ese inmenso mar de lagrimas que la humanidad ha construido por el desconocimiento de lo más simple , el hombre tiene en su mano la felicidad, pero esta tremenda verdad es escurridiza y sólo se encuentra cambiando la manera de pensar y mejor aun transformando nuestro ser. (La transformación será un tema que más adelante trataremos en detalle)
En segundo lugar quisiéramos explicar, que el universo es absolutamente atemporal y que toda la existencia se rige por “PROCESOS”, que tienen un “comienzo, un desarrollo, y un final”, y que pase lo que pase una vez desencadenado éste fenómeno de creación infinita (que tenemos en nuestras manos y que no dimensionamos en absoluto su poder y capacidad de crear, en que fuimos concebidos),y que ha sido causado por el deseo, serán imposibles de detener. El inicio de ese proceso no siempre coincide con el resultado final y pase lo que pase se concluirá siempre con el fin de ese proceso y habiendo sido recorrido en toda su extensión; queremos decir que el juego de la creación requiere de una paz interior, armonía, entendimiento del mundo y lejanía del yo inferior.
Estos procesos tienen su fundamento en un triángulo equilátero que es el mecanismo básico por el cual creamos nuestra existencia, y todo lo que creamos y deseamos (Nuestro Universo), y que está constituido por tres grandes pilares: El punto inicial el MENTAL- el segundo el ASTRAL- y el tercero la REALIDAD (realidad que no solo acontece en nuestro plano de existencia sino que también influencia varios otros planos de existencia).
ASTRAL
MENTAL REALIDAD
Uno de los motivos de encontrar la frustración y la infelicidad es no esperar el proceso secuencial que se realizará en este triangulo, eso se llama impaciencia, concepto clave que toda la humanidad debe aprender, al venir y encarnar en la materia, ya que siempre hay que “TENER PACIENCIA”, pues cuando iniciamos la secuencia en lo MENTAL este impulso de creación ascenderá a lo ASTRAL (donde todo se engrana y organiza para lograr la armonía eterna) y que una vez logrado, se manifestará en nuestra existencia como un deseo manifestado. El mayor impedimento para lograr esa armonía y el deseo que quisiéramos lograr es utilizar el ego (inferior) como punto central o de partida. Para que ese deseo vaya en la dirección correcta deben buscar siempre la armonía y no aumentar el desequilibrio de ese universo donde fueron creados (mente).
Siempre se desea, y esos deseos se espera que sean “inmediatos”, eso jamás ocurrirá al instante, tomará “el tiempo (relativo) necesario para que los tres pilares de la creación hayan funcionado” y entonces así ese proceso se desarrolle a integridad y se logre la armonía para esa situación. Este mecanismo es una de las causas que mas conlleva infelicidad al individuo “pues no se sabe esperar”
POR LO TANTO UNA DE LAS HERRAMIENTAS MÁS IMPORTANTES PARA LOGRAR LA FELICIDAD ES
“LA PACIENCIA”